Te vi hoy por casualidad.
Venías emanando luz
como cascada, venías
como una nube que grita primavera:
silenciosa, nocturna. Soportando
el peso milenario sobre tus hombros.
te vi y el receso de mis ojos
al posarse en tu silueta
sin notarlo y sin saberlo
me brindó el último soplo de aliento
para poder terminar mi jornada.